Negación y Proyección

Desde que nacemos vivimos y nos sentimos esclavos de un rechazo a ser quienes somos, a rechazar el sentir y vivir natural, para adaptarnos a lo que debemos, no a lo que queremos. Reprimimos, en lugar de gestionar lo que sentimos porque "no debemos sentir eso". En ocasiones, nos comportamos de forma que no se ajusta a lo establecido como correcto o que, posiblemente no es correcto, pero tampoco lo solucionamos, ni lo entendemos, ni lo liberamos.
A lo largo de la vida y debido a mecanismos reduccionistas, interiorizamos "lo hacemos" por "lo que somos"...Queremos mostrarnos "perfectos", al no sentirnos así, encubrimos en esa parte obscura de nuestro inconsciente todas "nuestras miserias".
Por eso, aunque no seamos conscientes de todo el rechazo y resentimiento que estamos sintiendo por nosotros mismos, eso es lo que, a un nivel profundo, nos está pasando. Nos sentimos abrumados por el miedo y la angustia, sintiéndonos culpables por “no ser buenos y esperando un castigo por ello”. Tratamos de esconder en todo momento eso que no queremos que los demás vean en nosotros y que nosotros mismos no queremos ver y quizás así no seamos castigados con el desamor y la soledad. Nuestro ego, para podernos definir como personas buenas y ser aceptadas y amadas, alimenta todo ese resentimiento en nosotros una y otra vez. Los mecanismos más comunes que utiliza son la negación y la proyección.
Cuando nos sentimos presos de la angustia y el miedo y sintiéndonos muy mal, aunque no seamos conscientes de ello, ¿a quién recurrimos por ayuda?. Recurrimos a esa parte nuestra que es nuestra identidad y le pedimos ayuda. Esa parte nuestra no es más que el ego mismo. Y el ego, que está siempre dispuesto a ayudarnos lo hace muy bien. Lo primero que el ego hace es decirnos que todo ese miedo, angustia y culpa que sentimos no existe, que no es parte de lo que nosotros somos, que no está ahí. En pocas palabras lo que nos dice es que no nos preocupemos porque no estamos sintiendo ni miedo, ni angustia, ni culpa. Eso es la negación y es un mecanismo inconsciente que funciona a las mil maravillas.
A través de la negación las personas se pasan horas y horas frente a la TV, horas y horas trabajando. Otros se drogan o emborrachan. Otros son comedores compulsivos. Otros son lectores compulsivos, siempre están leyendo un periódico, el libro de moda, algo que los ubique en algo externo y los desconecte de lo que están sintiendo. Otros son compradores compulsivos que recorren todos los centros comerciales y tiendas comprando cosas que no necesitan ni utilizarán. Otros son eternos conversadores, contadores de chistes y anécdotas. Hay mil formas de evasión que utilizamos para decirnos a nosotros mismos: esto desagradable que estoy sintiendo no está en mi, no existe.
Lo que sucede con la negación es que es un mecanismo débil por si mismo y, aunque al principio da resultado, no podemos negar por mucho tiempo algo que sentimos y que está allí. Así que el ego necesita otra herramienta más elaborada y también la utiliza. Y entonces lo que el ego te dice es que eso que está dentro de ti, no está en realidad dentro de ti, sino que está en alguna cosa o persona fuera de ti. Es decir, toma algo que está en tu interior y te dice que no está en tu interior sino que está en el exterior. Eso es la proyección.
Por medio de la proyección tú tomas todo tu resentimiento, tu angustia y tu culpa y lo proyectas hacia afuera y al verlo afuera dices que no te pertenece. Así te dices que no eres culpable, que nunca te has traicionado, que no te has separado y consideras que no eres responsable de tu infelicidad, de tu tristeza, de tu escasez, de tu dolor sino que otros o algo externo lo son. Todas esas cualidades y emociones que sientes pero que no quieres ver en ti por el dolor y miedo que te causan, y que por lo general son las que has calificado como negativas, las lanzas al exterior y se las adjudicas a alguien o algo en tu entorno.
Por medio de la negación y la proyección, vivimos una vida llena de miedo, pero decimos "el miedo no está en mí, sino en ti". Vivimos una vida llena de tensión, pero decimos "yo no soy tenso, el tenso eres tú". Vivimos una vida sin amor pero decimos "yo soy amoroso, el que no eres amoroso eres tú". Tomamos esa gran lista de “pecados” y decimos "yo no he pecado, el que ha pecado eres tú". Y por supuesto, después que colocamos todos los errores en los demás, lo que queremos hacer es alejarnos de ellos para no ver nuestros errores y lo que hacemos, es separarnos física, emocional o mentalmente de esas personas, situaciones o cosas sobre la que hemos proyectado lo que en realidad es parte de nosotros.
CÓMO COMENZAR A SER UNO MISMO
Todo viaje comienza con un paso, un simple, paso. Lee con calma y atención como funcionan los mecanismos que utiliza el ego. Familiarízate con ellos. Luego adopta una posición de observador en cada día de tu vida, irás encontrando y descubriendo cómo utilizas, sin darte cuenta, la negación, proyección, ataque y defensa. Ese es el primer paso: darte cuenta que el mecanismo está operando en ti.
Poco a poco comienza a intentar pequeños cambios en el mecanismo, y cuando sientas que es el momento, conscientemente, no uses la negación. No niegues y acepta lo que estás sintiendo y entonces revisa como te sientes y qué sucede en tu interior si no usas la negación. Revisa que pasa en tus relaciones con los demás cuando no usas la negación.
Luego date el permiso, conscientemente, de no usar la proyección, asume que lo que sucede está en ti y es tu responsabilidad. Revisa como te sientes y que pasa a tu alrededor cuando dejas de proyectar, como te ves a ti mismo y al mundo.
No te presiones, ve poco a poco y siéntete seguro con cada paso que des. Tener conciencia de que estás sanando y rompiendo mecanismos que has usado toda tu vida es vital. Poco a poco serás más consciente y observarás más y más oportunidades para no negar, no proyectar, no atacar. Con cada paso, más y más plenitud, seguridad y confianza se irá desplegando en tu ser. Lo que realmente eres ha comenzado a expresarse.
0 comentarios